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ESTUDIO PARA LA RESTAURACIÓN DE SANTA CATALINA DE ALZIRA

LA IGLESIA DE SANTA CATALINA DE ALZIRA. SIGLOS XIII AL XX.

Desde que en el año 1985 realicé por encargo de la Consellería de Cultura de la Generalitat Valenciana el Estudio Previo para la Restauración de la Iglesia de Santa Catalina de Alzira, apenas se ha avanzado en la restauración de una de las piezas más importantes de la arquitectura alcireña.

* Alcaldesa de Alzira Dª Elena Bastidas, * Presidente de la Diputación Fernando Giner,
* Arzobispo de Valencia Monseñor Garcia Gasco, * Párroco de Santa Catalina D. Enrique Masia, * Arquitecto D. Pasqual Vernich

Foto: Francisco Garcia. LAS PROVINCIAS

Al encargarme la Parroquia de Santa Catalina la reconstrucción de la antigua Sacristía, se realizan diversos bocetos que contrastados con los responsables de Patrimonio del Arzobispado y con la propia Dirección General de Patrimonio de la Consellería de Cultura, dan como resultado un proyecto de reconstrucción que obedece a las necesidades funcionales de la parroquia y a los antecedentes arquitectónicos de los últimos siglos de los cuales existe documentación fotográfica datada a principios del XX.

Las excavaciones arqueológicas, dirigidas por Ferrer en esta zona, descubren la cimentación y arranque del absidiolo lateral de la primitiva iglesia gótica. Importante hallazgo arqueológico que nos sirve para completar de forma fidedigna la planta del templo original. Montagud, Lairón y Vila, desde sus respectivas responsabilidades, contribuyen a fomentar el interés por la conservación de esta parte del patrimonio, interés que comparte también activamente la Parroquia.

Con el hallazgo del basamento del absidiolo, sobreviene también la polémica, al enfrentarse dos enfoques alternativos en cuanto a las obras de la sacristía. Por una parte están los defensores de la reconstrucción del gótico hipotético de los inicios, a partir del arranque del absidiolo hallado y por otra los partidarios de mantener la reconstrucción de la sacristía con adaptaciones que permitan la conservación y estudio de los restos. Son los puntos de vista del municipio y de la iglesia respectivamente.

La polémica no hace más que avivar el interés de todos por la Iglesia de Santa Catalina y el asunto que es tema de actualidad cotidiana en la prensa, nos sitúa en unas condiciones de sensibilidad únicas para plantearnos la globalidad del templo, tanto dando a conocer los estudios inéditos realizados, como acometiendo de una vez por todas la reconstrucción del edificio histórico.

El templo gótico del siglo XIII

Del análisis de los restos góticos existentes en la iglesia de Santa Catalina de Alzira, se puede deducir claramente la tipología del antiguo templo del siglo XIII, como perteneciente al tipo de nave única de forma rectangular con capillas laterales entre los contrafuertes, ábside poligonal de cinco lados, con dos absidiolos laterales y cubierta a dos vertientes de viguería de madera sobre los arcos diafragmáticos o bien de bóveda de crucería. No obstante, de este último aspecto no se han encontrado las pruebas documentales o arquitectónicas que permitan hacer una afirmación en este sentido. A pesar de las remodelaciones clasicistas y barrocas, todavía sobreviven algunos restos góticos en diferentes partes del edificio:

1. Contrafuertes
2. Restos de los arcos torales
3. Arco exterior de la capilla de la comunión
4. Primitiva sacristía
5. Campanario
6. Restos del ábside poligonal y absidiolos.
7. Ventanas de las capillas laterales y rosetón sobre puertas laterales.

La planta del templo constaría del muro testero en el ábside descrito, al que abrirían tres arcos ojivales, el central se correspondería con el presbiterio y los laterales que abrirían a la capilla de la comunión y a la sacristía respectivamente.

A los pies de la iglesia se situaba el muro de cerramiento hasta la cubierta y sin puerta de entrada, porque aquí se situaba el primitivo cementerio en lo que hoy se denomina Plaza del Sufragio. Entre los dos muros, cinco arcos torales apuntados correspondiendo a los actuales contrafuertes y entre el tercero y el cuarto desde el Altar, dos puertas laterales, la primera de ellas abriendo a la plaza de Santa Catalina, hoy Plaza de la Constitución, y la segunda a la Plaza del Carbón o calle del Campanario, donde estaba situado el convento de las monjas.

La torre del campanario actual, a los pies de la iglesia y separada de esta, sin una finalidad religiosa, sino de uso civil como se ha comentado anteriormente.

La reforma Barroca del Siglo XVII

En el año 1681 se redacta el documento de la "Memoria de les capitulacions i obra que sea de fer i executar en la Villa de Alzira com es rehedificar la Iglesia de Santa Caterina Mártir de la dita Villa, conforme a la planta y perfil de Juan Pérez". Este documento no solamente nos explica con todo lujo de detalles la obra nueva sino que además nos puede servir en nuestros días para comprender el templo gótico original y los restos que quedaron después de esta reforma.

Del estudio de esta detallada memoria de las obras, se pueden deducir algunos elementos para la aproximación al templo original gótico tratado en el apartado anterior y sobre todo se deduce como conclusión importante que del templo existe en los siglos XXIII y XIV poca cosa se respetó. Solamente aquellos elementos, que podían servir de sustentación o relleno de la obra nueva que se pretendía construir fueron aprovechados, todo lo restante fue derribado. Así los pocos elementos góticos que vemos hoy y que han sido descritos anteriormente, son lo poco que queda de aquella obra inicial, aparte de los elementos que como cimentación y arranques de muros y arcos que probablemente están enterrados bajo el nivel actual.

Aquí no se ha dado, como en otros lugares, una remodelación del aspecto estético de la Iglesia, transformándolo por medio del revestimiento de yesos y molduras al gusto del XVII y XVIII, antes bien, lo que se ha producido ha sido una clara y rotunda demolición de la construcción anterior y una reedificación total del templo según un nuevo diseño. Se ha aprovechado la obra de cerramiento de los muros exteriores de piedra sillar, revistiéndolos de estuco y tapando las ventanas alargadas de las capillas. Se ha remodelado completamente el altar mayor y la capilla de la comunión y Sacristía, para ello ha sido necesario deshacer en casi su totalidad el ábside y el testero de los que quedan muy pocos restos iniciales. Se han derribado las antiguas portadas, para construir la nueva entrada principal barroca. Se ha reconvertido, probablemente en esta fecha, la torre civil gótica a una utilidad religiosa añadiéndole el cuerpo de las campanas que se remata con una espadaña.

Resultado de todo esto, se configura la actual iglesia de Santa Catalina, ocupando la misma planta que el antiguo templo de una sola nave basilical, cubierta por bóveda de medio punto con arcos torales que la subdividen, y capillas laterales entre contrafuertes, también abiertas a la nave principal mediante arcos de medio punto. Cierra la iglesia un muro testero con retablo barroco. El ábside se levanta bajo una media cúpula. La cubierta de la nave es a dos vertientes con iluminación lateral por medio de ventanas entre los contrafuertes. Estilísticamente se sitúa dentro de un clasicismo barroco del que la mejor muestra la constituye la portada barroca de la puerta de Santa Catalina.

En mayo de 1682, se adjudicaron las obras de la portalada barroca a Gaspar Dies, que la construyó tal como la conocemos en la actualidad y en su emplazamiento original. Muy similar a esta es la puerta de San Andrés en Valencia.

La ampliación de 1782.

El 20 de enero de 1776 se nombró una comisión para que con la intervención de los "Mestres Alarifes", para que reconozca el terreno que con más comodidad y menos gastos sea capaz para formalizar la nueva construcción de la Capilla de la Comunión de la Iglesia Parroquial de esta Villa. Hay que señalar que la ampliación a la que nos estamos refiriendo, no tiene nada que ver con al antigua Capilla de la Comunión situada a la izquierda del Altar. Hoy Capilla de la Virgen de la Murta.

La obra se construye según el proyecto del arquitecto Vicent Gascó de Valencia, que presenta el proyecto al Ayuntamiento en enero de 1783. Se trata pues de un cuerpo de edificio añadido a la iglesia existente y a los pies de la misma y construido entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. El espacio lo conforma una cúpula de bóveda tabicada que descansa sobre el tambor formado sobre arcos torales y pechinas esféricas en los ángulos, todo ello asentado sobre las pilastras que soportan las bóvedas de medio punto que se encuentran en la cúpula. Forman en planta, una crucería de cuatro lados iguales, inscritos dentro del rectángulo general de la iglesia. El tratamiento estético continua el criterio ecléctico neoclásico-barroco de todo el interior de la iglesia.

Inicialmente, la cúpula acusa su volumen al exterior y se corona por una linterna, recubiertas las dos por teja árabe curvada y muy probablemente policromada con capa de esmalte vitrificado. Las patologías crónicas que sufrió la cúpula desde su construcción, hacen que siguiendo el informe del arquitecto municipal de 1876, se varíe el tratamiento exterior por obras de consolidación de esta.

De esta época debe de ser la Torre del Reloj, levantada sobre el segundo y tercer contrafuerte del templo contados desde el Altar de San Bernat.

Debieron de aceptarse estas propuestas, porque de las formas esféricas de la cúpula y cupulín existentes, se pasó a una cubierta a dos vertientes de teja catalana, formadas sobre cuchillos mixtos de madera y tirantes de hierro que descansan sobre pilastras de ladrillo macizo formadas sobre los muros de cerramiento exteriores. De esta forma, sacrificando el aspecto estético se aligeró la cúpula de la forma más económica, restando además el peso del cupulin. Ésta es la solución constructiva y la imagen exterior que hoy presenta el último cuerpo de la iglesia.

El incendio de 1936 y las últimas reformas.

En mayo de 1936 fue incendiado el templo de Santa Catalina, provocando la pérdida de la mayor parte del fondo artístico existente, así como el hundimiento de la antigua sacristía y archivo con todo el contenido documental de éste, que podría haber desvelado muchas de las incógnitas de la evolución constructiva del templo. Terminada la contienda civil, se inician los trabajos de reconstrucción de la iglesia, que fundamentalmente consisten el la reposición de la totalidad de la ornamentación, pintura y escultura del interior, así como de las campanas existentes en la torre del reloj y la torre de la Plaza del Sufragio

Sin embargo, la parte correspondiente a la Sacristía del Altar de Sant Bernat, no llegó a reconstruirse, ni tan siquiera a desescombrarse, cerrándose el acceso desde el interior de la nave y permaneciendo así hasta 1985 en el que se inicia la limpieza de este espacio y los primeros estudios arquitectónicos y arqueológicos.

Conclusiones y propuestaDel estudio precedente se desprende claramente que de la iglesia inicial gótica solamente quedan algunos restos inconexos que han podido sobrevivir como obra de plementería, a la demolición y reedificación del templo de siglo XVII. El edificio actual se enmarca dentro de un clasicismo barroco, fruto de la reedificación del templo de 1681, y la posterior ampliación de 1782. Esta arquitectura sustituye a la anterior no tratándose pues de un simple revestimiento como en otros lugares, sino de una reconstrucción total, cosa por otra parte lógica debido a la progresiva elevación del pavimento de la iglesia a consecuencia de las sedimentaciones producidas por una infinidad de riadas a través de la historia que achatan progresivamente el perfil de la iglesia hasta perder sus proporciones originales. Pensemos que el nivel original en los siglos XIII y XIV debió de situarse a una profundidad de tres metros por debajo del nivel actual.

Visto todo esto, pensamos que se impone un tratamiento de restauración de la Iglesia barroca, que evidencie su evolución histórica a partir del gótico hasta la versión barroca actual. Esto pudiera tener las siguientes líneas de actuación:

1. Demolición de las construcciones adosadas al ábside primitivo
    y recomposición de la trama urbana.
2. La torre del campanario gótica debe recuperar la posición aislada
    con respecto a la iglesia.
3. Reconstrucción volumétrica de la cúpula barroca.
4. Restauración de la portada barroca de Gaspar Dies.
5. Puesta en valor de los elementos góticos que subsisten, dentro del
    contexto general clasicista barroco dominante.
6. Tratamiento adecuado del espacio urbano.

Todas estas propuestas generales entiendo que pueden ser asumibles por las partes interesadas en la adecuada restauración de la Iglesia de Santa Catalina, partiendo de la base de que cualquier problema arquitectónico incluso en el campo de la restauración, puede tener múltiples soluciones válidas siempre que no se imponga ninguna clase de dogmatismo de perniciosas consecuencias en el arte. Por otra parte hay que tener en cuenta que la historia de este y otros muchos templos, es la de una continua superposición de estilos propios de cada época en la que se ha actuado, como no podría ser de otra forma y que el purismo estilístico del XIX hace tiempo ya que fue olvidado. Hay que crear pues una arquitectura viva.

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